Creo que es uno de los mejores alojamientos en el que he estado y en el que más acogida y bien tratada me he sentido. Se notaba que todo estaba hecho con buena intención y con ganas de que el huesped se sienta bien. La atención de Inma (la mujer que recibe y atiende en la finca) es muy agradable, generosa y amorosa.
En cuanto a la finca y su ubicación, me ha parecido un sitio precioso, encantador y muy tranquilo. He estado muy a gusto con todos los servicios que ofrecen: desayuno, jardín, piscina, aparcamiento, sala de estar, libros y revistas para leer, baños, terraza, aire acondicionado, wifi, nevera en la habitación e incluso las explicaciones de Inma para hacer excursiones por el entorno.
Está ubicado en un sitio maravilloso con muchas posibilidades de disfrutar de la naturaleza, el deporte, la gente y la comida.
Me ha dado pena marcharme, pero me quedo con muy buena sensación de tener un sitio de referencia donde te tratan muy bien y donde algún día pueda volver o recomendar a mis amigos.
Muchas gracias.